in Memorias, Pablo

Amnesio

Me despertó un rayo de luz que pasaba entre dos persianas,
anunciándome que había llegado la mañana.
No sabía donde estaba ni que había pasado.
Creo que tuve algo de sexo, tenía una mujer desnuda a mi lado.

Me vestí y salí de la habitación
pero no encontré alguien despierto
que me pudiera dar una explicación.

Tenía demasiada sed,
por suerte encontré la cocina,
la casa estaba echa un desastre,
había hasta un sofá en la piscina.

De pronto escuche un teléfono sonar,
tenía en el bolsillo un celular,
contesto y me dice – te espero afuera, sal de la casa –
yo replique – pero dime quien eres y que es lo que pasa –

Él insistió – sal, te espero en un carro amarillo –
cerré el celular y lo volví a meter en mi bolsillo.
Me apresure a salir y allí estaba,
un carro amarillo que por mi esperaba.

Me monté en el puesto del copiloto
y quien manejaba me estrecho la mano,
me explicó mostrándome una foto
que el era como mi hermano.

– Espero que te hayas divertido en la fiesta,
aunque no recuerdes que ha pasado.
Tu madre debe estar molesta
por sacarte a fiestas en ese estado –

– Tus padres deben estar en la iglesia
y tendré tiempo de explicarte bien.
Desde hace 5 años sufres de amnesia
por un fuerte golpe que recibiste en la sien –

– Cada vez que duermes se borra por completo tu memoria,
y hay que contarte todos los días esta historia.
Tus padres están a punto de encontrar una cura
pero aun no podemos cantar victoria –

Ignacio llego a su casa preocupado
por lo que su amigo le había contado
¿pero que importancia tenia?
si a la mañana siguiente lo olvidaría.

Una mañana Ignacio y su madre se encontraban hablando en la cocina,
de pronto llegó su padre y unos médicos con una posible solución,
habían encontrado una medicina
que se aplicaba por medio de una inyección.

Tres años después Ignacio se había mudado de ciudad
para ir a estudiar a la universidad.
Tenía trabajo, novia y una vida normal
gracias a una inyección semanal.

cuando bromeaban con él, sus amigos lo llamaban Amnecio
pero lo acompañaban a todo momento y le tenían mucho aprecio.

Un día el padre de Ignacio se enfermó
Y el tuvo que regresar a la ciudad que dejó.
Aunque su padre no presentó mejoría
no pudo alargar su estadía.

Porque el padre de Ignacio se haya enfermado
la empresa de la familia estuvo a punto de quebrar
Ignacio perdió el semestre por estar preocupado
y con los compañeros que aprobaron no pudo celebrar.

Ya hace una semana que a su novia no veía
y fue a verla buscando consuelo y compañía.
Pero en lugar de ser consolado
vio a otro tipo a su lado.

Al ver a Ignacio se separaron sorprendidos,
no suficiente el dolor que ya llevaba consigo
la sorpresa es que el tipo era su mejor amigo.

Ella lo llamó para explicarle que había estado confundida
pero de él, solo salió un sucio vocablo:
– ¡Quedas completamente fuera de mi vida,
por mi váyanse los dos al diablo! –

Después de esa llamada se ahogo en el alcohol.
Salió a dar unas vueltas en el carro
después de que se ocultó el sol.

En una esquina vió cruzando
al bastardo que estaba besando a su novia,
aceleró directo hacia él sin pensar en las consecuencias
segado por lo mucho que lo odia.

Lo impactó frente a un público como testigo,
murmurando entre dientes:
– aquí tienes, mi gran amigo –

Siguió hasta que las lágrimas hicieron que todo se volviera borroso,
se detuvo en una calle solitaria a pensar en lo que hizo.
Se le acercaron unos tipos de aspecto sospechoso
que le dieron una paliza que lo dejó en el piso.

Al despertar, el carro se lo habían llevado,
y llego a su casa muy angustiado.
Ya no sabia en que problema pensar,
su mente estaba apunto de explotar.

En la mañana el teléfono lo despertó,
era su padre diciéndole que había mejorado.
Lamentablemente Ignacio no lo reconoció,
con tantas preocupaciones no se había inyectado.

Ignacio no recuerda nada de lo que ha ocurrido.
Tuvo que comenzar el tratamiento nuevamente.
A quien arroyo, solo esta levemente herido
y encontraron el carro con los delincuentes.

El joven vio el carro pero no a quien manejaba
el abogado de Ignacio alegó que eran los delincuentes,
el jurado concluyó de que así se trataba
Y el abogado salió sonriendo por haber salvado a su cliente.

Cuando Ignacio volvió a la universidad
se encontró a su novia que lo tropezó adrede.
Le suplicó que le diera una oportunidad
pero no hay nada entre ellos que el recuerde.

Olvido todo lo que había aprendido en ese tiempo,
perdió varios años de conocimiento…
Si quisieras borrar todo de la noche a la mañana
es mas lo que pierdes que lo que ganas.

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